HARRISBURG, 23 de abril de 2014 - El estudio de una organización nacional de políticas públicas sobre cómo los salarios de los ejecutivos de la industria de comida rápida siguen superando el mísero salario de sus trabajadores de primera línea tiene a la senadora estatal Christine Tartaglione exigiendo una vez más que los republicanos de Pensilvania actúen ahora para aumentar el salario mínimo de la Commonwealth.

Demos ha afirmado hoy que la proporción entre la remuneración de los directivos y la de los trabajadores en el sector de la comida rápida era de 543 a 1 en 2012. Entre 2000 y 2012, la relación media global fue de 332 a 1.

"A día de hoy, según el estudio de Demos, los ejecutivos de la comida rápida ganan una media de 3.937 dólares la hora, mientras que sus cajeros, cocineros y personal de mantenimiento que trabajan en Pensilvania se embolsan unos míseros 7,25 dólares la hora", afirma Tartaglione.

"Este estudio es importante porque va al corazón de los argumentos de los oponentes de que un aumento incremental y exiguo del salario mínimo a 10,10 dólares la hora sería de alguna manera inasequible. Está claro que sería muy asequible en el sector de la comida rápida", afirmó el senador.

Como subraya Tartaglione en el estudio de Demos, "Fast Food Failure", una desigualdad de ingresos como ésta podría poner en peligro la economía de Pensilvania y a las empresas que operan en el sector de la comida rápida.

"Los sectores más desiguales se encuentran entre los que proporcionan un mayor número de nuevos puestos de trabajo en la economía, sustituyendo empleos en sectores con menor desigualdad de ingresos", señala el resumen ejecutivo de Demos. "La desigualdad de ingresos está aumentando los riesgos legales, normativos y operativos para las empresas de comida rápida. Los millones de dólares en honorarios legales, el aumento de los tiempos de espera de los clientes y el malestar laboral son pruebas de los problemas sistémicos de la desigualdad de ingresos en la comida rápida."

Pensilvania es uno de los últimos estados del noreste en adoptar un aumento de su salario mínimo, pero el senador Tartaglione ha propuesto una ley para cambiar esta situación.

Su proyecto de ley 1300 aumentaría progresivamente el salario mínimo de Pensilvania hasta 10,10 dólares la hora en 2016. Su propuesta de aumentar el salario mínimo de las propinas de Pensilvania al 70% del salario mínimo regular, el proyecto de ley del Senado 1099, también está a la espera de consideración.

Desde que se propuso el SB 1300 el 18 de marzo, se ha formado una nueva coalición, "Raise the Wage PA"; Connecticut aumentó su mínimo a 10,10 dólares; el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, empezó a presionar activamente para que se adoptara a escala nacional la tarifa horaria de 10,10 dólares, y Maryland aprobó recientemente un aumento de su mínimo.

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